miércoles, 14 de noviembre de 2018

Un nuevo camino



Hace poco más de un mes que acabe un camino, lleno de catastróficas desdichas, para empezar otro totalmente diferente. Hace poco más de un mes que me convertí en mamá. 

6 años de búsqueda, 4 años en tratamientos de reproducción asistida, 4 Fivs completas, 7 transferencias, 13 embriones transferidos, un diagnóstico de factor masculino, operación de varicocele, un diagnostico de fallos de implantación, medicaciones sin demasiada evidencia. Y al fin llegó mi positivo. 

El embarazo tampoco fue un camino de rosas. Si bien siempre pensé que con el positivo llegaría la gran reconciliación con mi cuerpo no pudo ser así. Contracciones y amenazas de parto prematuro con varios ingresos hospitalarios me tuvieron en vilo desde la mitad del embarazo. La desconfianza en mi propio cuerpo “gracias a la infertilidad” lo hizo todo muy duro. Mi cuerpo no sabía concebir por si solo y tampoco podía gestar. Fue una lucha mental contra los peores pensamientos posibles muy dura de llevar. 

Mucho reposo en cama y mucha medicación mantuvieron a mi peque  a salvo dentro de mi barriga por suerte y finalmente nació en la semana 37 fuera de todo peligro. 

Me sigue pareciendo mentira que esta bolita gorda que duerme a mi lado sea mía. Todavía recuerdo el que era mi mayor miedo, el no conseguirlo nunca, y me da escalofrío, sonrío de medio lado y me enorgullezco de haber decidido seguir a pesar de todo, de las decisiones que tomé, de la suerte que tuve al fin y al cabo, de mi lucha, de todas las personas con las que me crucé, de toda la ayuda recibida.

La infertilidad ha quedado como una nebulosa sobre mi cabeza. Si lo pienso me asombro de todo lo que podemos llegar a soportar y a luchar quienes vivimos todo esto. Es tan duro, aprendemos tantas lecciones, nos convertimos en versiones mejoradas de nosotros mismos. 

La infertilidad es muy cruel, muy injusta, muy dura. 

Hubiese preferido no vivir nada de esto. Pero miro a mi niño y solo pienso que tenía que ser él, que tenía que nacer este 2018, que ha venido en un momento perfecto, en el que la VIDA lo decidió así. 

Mi pequeño guerrero del hielo. Gracias por haber llegado a mi mundo. Ahora mi mundo eres tú. 


viernes, 16 de febrero de 2018

437

Hoy me he acordado de mi blog abandonado. Lo dejé porque estaba cansada de contar pena tras pena, en un momento de mi vida donde la infertilidad no dejaba de meterme goles.

Tiempo después sentí que había ganado a la infertilidad. Y no porque me quedara embarazada. 

Seguí haciendo tratamientos. Seguí luchando. Seguí intentándolo. Seguí cayéndome y levantándome. Porque podía, porque quería, porque confiaba.

Hoy me he acordado de él y toda la gente que me leía y que no sabe de mí por la red social donde estoy más activa (instagram: @bedabita).

Y he tenido la necesidad de compartir en mi blog una cifra que hace unos días me dieron. 

437

Una beta positiva. 

Un sueño que comienza. Una reconciliación con mi cuerpo. Un mundo al que me subo y no me quiero bajar. 



Gracias por tanto. 


lunes, 3 de abril de 2017

Cuando acumulas fracasos en reproducción asistida

Recuerdo el primer tratamiento que hice, la ilusión, los nervios, las ganas...estaba eufórica y pletórica. Todo era nuevo y emocionante. Cada paso lo celebraba como un gran logro. Viví ese primer tratamiento con una muy buena actitud.

En los siguientes, la actitud positiva fue decayendo, me dejaba más guiar por la propia inercia de enfrascarse en un tratamiento de reproducción asistida, dejandome llevar. A ratos emocionada y esperanzada. A ratos cansada, triste y asqueada. Entre ellos vivía puntos de inflexión, de reflexión. Altibajos.

Cuando tu época favorita es la que queda entre tratamiento y tratamiento es que algo no va demasiado bien.

El hecho de ir a la clínica me suponía un gran esfuerzo, me daba pereza, me resignaba, me entristecía. Lo veía como ese sitio donde nunca ocurrían cosas buenas para mí, un lugar de tortura, un lugar donde siempre acabo frustrándome. 

Siempre me ha dado cierta envidia ver a esas chicas que se enfrentan a una betaespera con calma, con emoción, con esperanza...como yo en la primera y quizás en la segunda...a partir de ahí mi actitud cambió mucho. No sé si os ha pasado a alguna también.

Hace tiempo leí una frase de Eva Bernal que decía: "la reproducción asistida es tu aliada, no tu enemiga". Y claro, esto puede parecer muy obvio ¿verdad? Pues se olvida, al menos es lo que me ha pasado a mi. Pero eso cambió hace poco...

En mi última cita en mi clínica fui demasiado consciente de ésto. Llevaba días pensando en la cita con pocas ganas de ir, con mucha apatía. Y llegué allí y tuve la consulta con mi médico y...¿magia? Nah, tampoco eso. Pero casi. Ver a un equipo que se preocupa por ti, que te anima, que busca la forma de hacerte las cosas lo más fácil posible. Un equipo que te entiende, que se frustra contigo, que busca soluciones, alternativas y que además de la profesionalidad te trasmiten cariño y fuerza. Pues una sale de allí con el ánimo para comerse la infertilidad con patatas.

Y pensé, pensé mucho en esa consulta  y donde había llegado mi ánimo y mis pensamientos para yo tenerle miedo a una visita a la clínica. El único lugar que puede hacer posible que yo sea madre. Y me dije a mi misma que tenía que esforzarme mucho para cambiar esa actitud. Y en ello estoy...

He estado leyendo y buscando libros de superación personal y autoayuda y os traigo 3 libros que he seleccionado y que me interesan mucho leerme:

1. Amar es liberarse del miedo. Jampolsky.

Sólo el título ya hace reflexionar. Este ha sido es que más ha llamado mi atención. Me parece una lectura perfecta para acompañar un tratamiento. No existe en formato ebook muy a mi pesar y he tenido que comprarlo en formato papel. Pero creo que va a merecer mucho la pena. 

Os hago una pequeña reseña: El autor habla de dos únicas energías, el amor y el miedo. Y dice que tomar decisiones desde el amor es lo único que a la larga te hará una persona en paz contigo mismo y con el mundo. Da un conjunto de recomendaciones  para vivir más plenamente la vida una vez que nos liberemos de las nostalgias del pasado y los temores del futuro, y nos dediquemos a vivir con más intensidad el momento presente, único tiempo del que realmente disponemos. Nos muestra cómo liberarnos del miedo y recordar que nuestra esencia es el amor. Para experimentar este tipo de realidad, tenemos que estar dispuestos a despojarnos de nuestra nostalgia del pasado y nuestra preocupación por el futuro, para vivir más plena y amorosamente el momento presente. Nos presenta un conjunto muy sistemático de ejercicios diarios que ofrecen un camino directo y eficaz hacia la transformación personal. 

2. El poder del ahora. Eckhart Tolle.

Muy en la línea del anterior. Este si existe en formato ebook. Viene a decir que se necesita comprender que toda nuestra existencia sólo sucede aquí y ahora y que en el aquí y en el ahora rara vez hay sufrimiento. Un libro por el que hay que recalar para integrar esta idea sin la cual puede ser tan fácil extraviarse.

3. Tus zonas erróneas. Wayne Dyer.

Otro libro que me ha llamado mucho la atención. También lo tengo en ebook. Este autor se ha centrado en identificar los aspectos que él considera más importantes para ser independientes, felices y sanos mentalmente. El autor destaca varios puntos clave: hacerte cargo de ti mismo, el amor propio, la ruptura con el pasado, las emociones inútiles como la culpabilidad y preocupación, etc. 

Tengo muchos más apuntados pero empezaré por estos tres a ver que me parecen.

¿Conocéis alguno de ellos?



domingo, 19 de marzo de 2017

¿Queda alguien por aqui?

Hace siglos que no me paseo por mi blog y hoy, no se porqué, me ha apetecido leerlo. ¡Cuantas cosas han pasado desde la última entrada!

No, no soy mamá, ni estoy embarazada, sigo en esta parte del mundo infértil, descubriendo avances de la ciencia, investigando, haciendome pruebas (ya las tengo todas toditas), aprendiendo, visitando a mi equipo médico infértil y además viviendo, VIVIENDO en mayúsculas.

No sé ni en que parte dejé de contar mi odisea, pero el resumen es el siguiente:

- Agoté todos mis embrioncitos congelados de mi clínica (Ginemed) llevándome un bioquímico en la cuarta transferencia.

- Me hice un FIV desastrosa en la SS (de forma paralela con mi médico de Ginemed) en la que sufrí (sobre todo fisicamente) demasiado, incluso para alguien que está hecha de hierro. Sólo os diré que la punción de 13 ovocitos fué sin sedación, a dolor, consciente...una experiencia horrible. Conseguimos 3 embriones de calidad regular, fuí con artillería pesada (intralipidos y neupogen, aparte de heparina y esas historias) y fue un negativo rotundo que di por hecho desde la transferencia tan surrealista que me hicieron en una sala de consulta. La historia de mi intento en la unidad de mi ciudad en la SS da para un libro, pero se resume en que trabajan como el culo, con medios de la prehistoria y que están colapsados.

-La SS me dió otro intento que rechacé, armandome de valor y siendo realista  y amable conmigo mismo. Ha sido una decisión acertada, no quiero volver alli jamás, por muy gratis que sean los tratamientos. Una ya llega a un punto donde no todo vale y esto es bueno, pero también asusta. Hay que pasar por mucho para llegar a pensar así.

- Sigo en Ginemed, con mi médico que no me abandona, aunque creo que lo llevo por la calle de la amargura y está deseando perderme de vista (yo también a él).

- Tengo todas las pruebas que existen, incluso las inmunológicas que es por donde tira mi médico que es nuestro problema. Todas dan correctas, nuestro diagnóstico es fallo de implantación; la única pequeña cosa es que tengo un kir protector en negativo (sí, lo sé, es como hablar en chino), cosas de infértiles pro.

- No sé cuando volveremos a hacer otro intento, ahora entran en juego más factores como el económico.

- Estamos barajando dos opciones, volver a hacerlo con nuestros gametos y pasar por otra punción (aqui es cuando lloro), o ir a ADE y hacer la cosa un poco mas liviana. Pero así de tranquis, avanzamos a paso de tortuga para no agobiarnos.

Y eso es todo lo actualizable en cuanto a mi infertilidad.








miércoles, 2 de marzo de 2016

¿Porqué apenas escribo?

Si bien es cierto que en muchas ocasiones he necesitado evadirme, o más bien huir. Llevo un tiempo que no escribo en mi blog de forma asidua porque no me apetece dar una apariencia de pena máxima. Y sé que en estos momentos es así, por los emails, whatsapp y comentarios que recibo.

Mi blog es sobre infertilidad, sobre el camino hacia la maternidad de una desgraciada infértil. Y como todos sabéis, no está siendo fácil, ni bonito, ni divertido, ni siquiera entretenido.

Las últimas transferencias ni las he contado, ni mis sentimientos, ni la nueva medicación que me mandaban, ni cómo lo pasaba en la betaespera.

Y es que escribir un blog sobre un tema concreto puede volverse contra ti, como creo que me ha pasado.

Yo no soy sólo infértil, no ando penando por las esquinas, no me  paso el día llorando hecha un bicho bola sintiéndome la más desgraciada.

Que en el campo de la fertilidad yo soy la más burra, sí. Pero en lo demás tengo sobresalientes.

Y sobre todo últimamente que parece que viva una nueva juventud. No tengo miedo a quedar con amigos, a pertenecer a grupos de whatsapp. Salgo más que cuando tenía 20 años. Me río a carcajadas. Soy feliz. Con esa espinita de la maternidad, pero soy feliz.

Me he descubierto pensando que me encuentro en muy buen momento. Hemos hablado mi marido y yo sobre una vida sin hijos, sin hacer dramas por ello. Ahora mismo no me apetece preocuparme demasiado. Parece que estoy de vacaciones infértiles, despues de este año pasado a piñón de tratamiento en tratamiento.

Por eso no escribo, porque sólo podría hablaros de infertildad, y esa faceta de mi vida es una M como una casa de grande. Y no me apetece dar una imagen de lo que no soy y de lo que no siento ahora.

Hace tiempo que no leo a la infertilpandy, que no leo blogs infertiles ni de maternidad (a verdeliss por supuesto que la veo, verdeliss forever), incluso instagram lo tengo abandonado.

He salido a la calle sin un movil que me ate a las redes sociales infértiles y he descubierto un nuevo mundo. Vale, estoy
exagerando un poco. Pero no se bien como explicaros exactamente en qué momento me encuentro.

Sólo me gustaría que os quedaríais con este apunte. Se puede vivir siendo infértil, se puede sacar la cabeza de la desgracia que vivimos y asomarse al mundo. A mí me ha costado años y fracasos hacer el esfuerzo de salir de mi cueva. Siempre decía que cuando me quedara embarazada volvería a mi vida anterior. Pero no he querido esperar más, no sé si me quedaré embarazada, no quiero seguir en esta cueva oscura y solitaria, no quiero sentirme la mas frustrada, no quiero estar metida en un bucle de infertilidad a mi alrededor.  Soy una persona de 30 pocos que lo que más le gusta en el mundo, lo que más de más sobre todas las cosas, es reírme.

Y allí me voy, a reirme mientras pueda. No se si volveré. Espero que sí.

Os quiero a todas. Siempre habéis estado conmigo. Gracias por tanto.

domingo, 7 de febrero de 2016

Cogiendo aire

Estoy en un momento de entre tanto, eso que tanto me gusta, donde estoy segura y tranquila. Estoy retomando una vida que aparqué hace casi 4 años. Con una carga pesada a la espalda y con momentos aun que me hacen llorar y flaquear, pero cada dia que pasa siento que vivo, ya no solo sobrevivo.

Cuando en la SS me dijeron que empezaria a final de marzo senti un alivio inmenso. Me parecio que tenia mucho tiempo por delante para despejarme. Pero el tiempo vuela. Hoy he sido consciente de que ya estamos en febrero. En breve estare de nuevi inmersa en todo el calvario de un nuevo tratamiento.

Kilometros de ida y vuelta a la clinica para llevar el tratamiento de forma pararela. Viajes a la SS para controles. Y asi una y otra vez, en un circulo vicioso y pesado.

Inspiro. Cojo aire fuerte. Espiro. Voy a poder con esto.

Lo que me espera es duro, o asi lo veo, quizas luego no sea para tanto, no se. Pero el tratamiento suena a pesadilla. No en sí lo que supone una estimulacion, puncion y demas, que tambien. Sino la de viajes que me esperan, la de agujas, legrados uterinos, autotransfusiones de plaquetas, ecografias, sedaciones y demás. Cosas nuevas que me asustan, cosas que ya conozco y me asustan mas. Demasiado pesado, demasiado lo pasado.

Inspiro profundamente. Espiro pausadamente. No será para tanto. Podré con ello.

Y a mi cabeza vienen los negativos, el bioquimico, las ilusiones rotas, el corazon destrozado, la positividad enterrada, la alegria que se esfumó, la fuerza que ya flaquea, las ganas que se van...pero algo, hay algo, algo que no se ni que nombre tiene, algo que me hace continuar. Voy a continuar.

P.D. siento las ausencias, los comentarios que no contesto, lo dejado que tengo mi blog y los ajenos. Pero simplemente no puedo.

jueves, 7 de enero de 2016

La beta ha bajado

Solo 3 unidades, como si mi cuerpo se resistiera a dejarlo marchar. Ojala las noticias hubieran sido otras.

Se acabo este minisueño y me quedo rota la primera semana del nuevo año. Hoy no veo el lado bueno por ningun sitio.

Gracias por vuestros buenos deseos.